Excursión desde Milán a Saint Moritz y Bernina Express

Una de las experiencias más memorables que se pueden vivir en Europa es realizar una excursión que combina la belleza de la naturaleza, la historia y la lujo en un solo día. Desde Milán, la capital de la moda y el diseño, se puede embarcar en una aventura que atraviesa los paisajes alpinos, los lagos cristalinos y las ciudades con encanto, culminando en la mágicamente majestuosa Saint Moritz. Esta excursión, que dura aproximadamente 12 horas, es perfecta para quienes desean explorar uno de los destinos más exclusivos de Suiza y disfrutar del icónico Bernina Express, uno de los trenes panorámicos más impresionantes del mundo.
El recorrido está diseñado para ofrecer un equilibrio entre momentos de exploración, relajación y asombro visual. La travesía comienza en la vibrante Piazza della Repubblica en Milán, donde los viajeros se reúnen para comenzar esta aventura. Desde allí, un cómodo autobús los lleva hacia el norte, cruzando la frontera entre Italia y Suiza en busca de paisajes que parecen sacados de un cuento de hadas. La primera parada será Saint Moritz, famosa no solo por su paisaje alpino, sino también por su historia como destino de lujo y elegancia.
Lo que hace que esta excursión sea realmente especial es la oportunidad de subir posteriormente en el Bernina Express, que recorre trayectos catalogados como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este tren panorámico ofrece vistas que dejan sin aliento, atravesando glaciares, lagos y montañas que parecen llegar al cielo. La combinación de un traslado en autobús, la exploración de una ciudad encantadora y la experiencia en el tren más espectacular del mundo hace de esta excursión una opción ideal para quienes desean aprovechar al máximo un día de aventura en la región alpina. Ahora, adentrémonos en los detalles de esta inolvidable travesía.
Cómo se organiza la excursión desde Milán
La excursión comienza temprano en la mañana en la Piazza della Repubblica, un lugar cercano a la estación de trenes central de Milán, que facilita la coordinación tanto para quienes lleguen en transporte público como para aquellos que prefieran ir en coche. Un autobús cómodo y equipado con ventanas panorámicas está preparado para comenzar el recorrido que atraviesa la llanura lombarda en dirección a la frontera suiza. Es recomendable llegar unos minutos antes para facilitar el embarque y preparar las cámaras para capturar las primeras vistas del día.
Durante el trayecto hacia el norte de Italia, se puede apreciar cómo el paisaje urbano de Milán se va transformando en áreas rurales, con campos verdes, pequeñas villas y montañas a la distancia. La conducción permite que los pasajeros se relajen, disfruten del paisaje y (si lo desean) compartan momentos con otros viajeros. Los guías suelen ofrecer información interesante sobre la historia de la región, así como detalles sobre Saint Moritz y la importancia del Bernina Express en la red ferroviaria de Suiza.
A medida que el autobús cruza la frontera, comienza una segunda fase del recorrido en la que la naturaleza se vuelve protagonista. Las montañas comienzan a cobrarse protagonismo, y el aire se va llenando de frescura alpina. La llegada a Saint Moritz está prevista con tiempo suficiente para que los visitantes puedan pasear, visitar sus emblemáticos lagos y disfrutar del ambiente exclusivo y sofisticado que caracteriza a esta localidad desde hace siglos. En ese tiempo libre, los viajeros podrán pasear por las calles empedradas, admirar las boutiques de lujo o simplemente sentarse en un café a contemplar el paisaje.
El momento culminante de la excursión, sin duda, será el ascenso en el Bernina Express. Antes de abordar, los viajeros tienen la oportunidad de explorar la estación de tren, que en sí misma es un escenario pintoresco que refleja la tradición ferroviaria de la región y la conexión con el patrimonio cultural de los Alpes. La emoción crece a medida que se acerca el momento de subir a uno de los trenes panorámicos más impresionantes del mundo, un vehículo que ofrecerá el plato fuerte de la jornada en donde la naturaleza y la ingeniería se fusionan para ofrecer una experiencia sensorial única.
La belleza de Saint Moritz, destino de lujo y tradición

Antes de abordar el Bernina Express, los turistas tienen un tiempo significativo para dedicarlo a explorar Saint Moritz. Esta ciudad, ubicada a 1822 metros sobre el nivel del mar, ha sido durante siglos un balneario y centro de deportes de invierno, y hoy en día combina su tradición de cuidado y lujo con un entorno natural privilegiado. La atmósfera en Saint Moritz es de exclusividad, y sus calles reflejan un encanto tanto histórico como moderno, con edificaciones elegantes y boutiques de marcas internacionales que atraen a visitantes de todo el mundo.
Saint Moritz no solo es famosa por su turismo de alta gama; también posee una rica historia que se remonta a varios siglos atrás, cuando fue un refugio para aristócratas y figuras prominentes que buscaban escapar del bullicio de las ciudades. La ciudad está rodeada por paisajes que parecen sacados de una postal, con lagos congelados en invierno y praderas florecidas en verano. La belleza del entorno ha sido motivo de inspiración para artistas, deportistas y viajeros, que han quedado cautivados por la imponencia de las montañas y la serenidad de sus lagos.
Durante la visita libre, los viajeros pueden pasear por las calles del centro, visitar la famosa iglesia de Karl Borromäus o dar un paseo por las orillas del río Eno. Algunos optan por tomar un café en terrazas que ofrecen vistas a los picos nevados, mientras otros prefieren pasear por las boutiques exclusivas o simplemente sentarse a disfrutar del aire puro en un rincón tranquilo. La estancia en Saint Moritz puede ser corta, pero es suficiente para absorber la magia y el carácter especial de este lugar, que combina en perfecta armonía la tradición alpina con la sofisticación moderna.
Es importante recordar que la temporada de la excursión puede afectar la experiencia en Saint Moritz, especialmente en los meses de invierno, donde la belleza de la nieve y los glaciares crea un espectáculo único, pero también puede limitar algunas actividades en el recorrido. Sin embargo, siempre hay algo que descubrir y disfrutar, ya sea contemplando el Lago de Saint Moritz, visitando monumentos históricos o simplemente disfrutando de un aperitivo en uno de sus acogedores cafés. La ciudad, con su historia y su paisaje, prepara a los visitantes para la segunda gran parte de la aventura: el Bernina Express.
El tren panorámico y sus vistas de ensueño

Tras la exploración en Saint Moritz, llega uno de los momentos más impresionantes de la jornada: el viaje en el Bernina Express. Este tren, reconocido internacionalmente por su espectacular recorrido y sus vistas panorámicas, es uno de los símbolos del transporte en los Alpes. Viaja entre Suiza e Italia, atravesando paisajes que parecen inmutables y majestuosos, en un trayecto declarado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, en reconocimiento a su valor cultural y natural.
El Bernina Express recorre más de 200 kilómetros en cerca de cuatro horas, atravesando puentes colgantes, túneles, viaductos y pasos de montaña impresionantes. A lo largo del trayecto, las ventanas panorámicas permiten que los pasajeros disfruten de vistas ininterrumpidas a glaciares como el Morteratsch, lagos como el Bianco y picos que parecen tocar el cielo. La ingeniería que permite que estos trenes circulen por rutas tan estrechas y complicadas es un testimonio de la creatividad y la perseverancia humanas en medio de un entorno natural desafiante.
Mientras el tren serpentea por las montañas, la sensación de estar en un escenario de película se hace realidad. La vedette del recorrido es la subida al Paso de Bernina, donde se pueden admirar vistas de vértigo y sentir la grandiosidad de la naturaleza en su estado más puro. La textura del hielo, el reflejo de los lagos en días soleados y la presencia de glaciares milenarios hacen que cada momento en el Bernina Express sea una experiencia sensorial inolvidable.
Los pasajeros que toman este tren suelen quedar maravillados no solo por las vistas, sino también por la historia que encierra cada uno de estos paisajes. Se puede aprender sobre la flora, la fauna y la historia de la región gracias a las explicaciones del personal y del audioguía, si se opta por esta opción. La ruta, además de su belleza, simboliza la unión entre distintas culturas y países, demostrando la capacidad humana para crear ingeniería que respeta y se integra en el entorno natural. Sin duda, el viaje en el Bernina Express es el corazón de esta excursión y la cereza en el pastel para quienes desean vivir una aventura auténtica y envolvente en los Alpes.
Regreso a Milán y recomendaciones para los viajeros
Luego de un día lleno de descubrimientos, paisajes impresionantes y momentos de paz en la naturaleza, llega el momento de retornar a Milán. El autobús que acompaña el recorrido se prepara para el viaje de regreso, generalmente saliendo a media tarde para asegurar que los viajeros tengan tiempo suficiente para disfrutar la mañana en Saint Moritz y en el tren. La comodidad y el confort del transporte permiten que los pasajeros descansen y reflexionen sobre la jornada, quizás recordando las imágenes y sensaciones que vivieron a lo largo del día.
Durante el viaje de regreso, los asistentes suelen compartir sus experiencias y conversar acerca de las vistas, las historias y las emociones vividas. La conversación fluye fácilmente al haber compartido una aventura tan compleja y emocionante. La atención de los guías no solo se centra en la seguridad, sino también en brindar información adicional sobre las regiones que atraviesan y en responder cualquier duda que puedan tener los viajeros.
Una vez en Milán, lo recomendable es tomarse un tiempo para asimilar la experiencia, quizás disfrutando de una cena en alguna trattoria cercana o simplemente relajándose en un café. La excursión deja una sensación de satisfacción por haber explorado en un solo día un tramo tan hermoso de los Alpes, combinando naturaleza, cultura, historia y lujo en una travesía que quedará grabada en la memoria para siempre. Para quienes planean repetir, siempre hay nuevas rutas, temporadas y detalles por descubrir, pero la magia del Bernina Express y Saint Moritz nunca dejará de sorprender. Sin duda, una aventura que vale la pena vivir.
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